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Alicia Sisteró

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Dionisias y Urrutigoity Cocina: mujeres, vinos y maridajes que cuentan historias


En Mendoza, la primera edición del ciclo Dionisias y Urrutigoity Cocina llenó el restaurante de María Urrutigoity con un menú maridado por dos referentes: Gabriela Celeste y Miriam Gómez. Vinos de autor, platos pensados al detalle y un ambiente distendido dieron inicio a una serie de encuentros que continuará con más mujeres protagonistas.

Hay cenas que son mucho más que sentarse a comer. Se parecen a esas charlas que empiezan con un brindis y terminan con alguien dibujando un mapa de viñedos en la servilleta. Así fue la primera edición de Dionisias y Urrutigoity Cocina, un ciclo que debutó en Mendoza con el salón del restaurante lleno, copas listas y una propuesta clara: poner a las mujeres en el centro de la escena del vino y la gastronomía.

Un arranque con calidez

La anfitriona fue María Urrutigoity, que lleva más de veinte años de cocina a sus espaldas y aún conserva la costumbre de recibir a todos como en casa. Junto a sus socias, Mariana Martínez y Paz Bombal, armó un espacio donde la bienvenida ya anticipaba el tono de la noche: charcutería artesanal, quesos que pedían un sorbo de vino y esa focaccia mullida perfecta para mojar en el aceite de oliva Escarlata de Gabriela Celeste. Pequeños gestos que te hacen bajar la guardia y pensar “ok, acá me voy a quedar un buen rato”.

Paso a paso: la mesa habla

La encargada de guiar la experiencia fue Gabriela Malizia, sommelier y creadora de Dionisias Wine Fair, que tiene la virtud de explicar sin aburrir. Entre comentarios técnicos, anécdotas y algún tip rápido, logró que cada copa tuviera una historia sin necesidad de ponerse solemne.

El primer vino fue Escarlata Pinot Noir Especial 2013, un tinto con ese aire fresco y elegante de Gualtallary. En el plato lo esperaba un hummus de habas con tortillas crocantes de maíz, un maridaje que no buscó tapar nada sino acompañar como quien se sienta al lado a escuchar.

La segunda copa trajo uno de esos vinos que te hacen levantar la ceja: Solo una Vez 2023, un blend de seis variedades al que Miriam Gómez se animó a sumar una pizca de Sauvignon Blanc. Sí, un blanco en un corte de tintas. Y funcionó. Lo acompañó una empanada de carbón activado rellena de ternera y hongos, con salsa de tomate fresco apenas picante. Un combo jugado, de esos que recuerdan que el vino y la comida también están para divertirse.

El tercer tiempo fue más serio, casi solemne: Escarlata Engreído 2013, un vino de guarda que se siente francés en alma y estructura. En la mesa llegó un róttolo de ciervo ahumado con salsa de hongos de pino, plato que invitaba a bajar la velocidad, cortar despacio y dejar que los sabores se quedaran un rato.

Y como buen final feliz, el postre. Un Resilio Rosé Dulce Natural 2025 de Miriam Gómez, fresco y aromático, acompañado por una torta vasca con reducción de naranja y azafrán y frutos rojos. El cierre tuvo ese punto lúdico que equilibra todo lo anterior: nada empalagoso, sino alegre.

Mujeres que cuentan con vinos

Más allá de lo que pasó en las copas, la clave de esta primera edición fue escuchar a las protagonistas. Gabriela Celeste, ingeniera agrónoma y directora del Laboratorio Eno, habla de sus vinos Escarlata como si fueran parte de una colección de diseño. Cada etiqueta, cada añada, pensada como un objeto único que encierra una búsqueda.

Miriam Gómez, licenciada en Bromatología y enología con posgrado en Microbiología, compartió el detrás de sus proyectos Solo una Vez y Resilio. Botellas numeradas, etiquetas creadas a partir de obras de arte, emprendimientos familiares… vinos que además de beberse se cuentan.

Lo interesante fue ver cómo dos mujeres con recorridos distintos logran coincidir en una misma idea: el vino no es solo técnica, también es relato, emoción y riesgo.

Cocina consciente, sin solemnidad

Entre paso y paso, María Urrutigoity habló de lo que ella llama “cocina consciente”. No fue un discurso moralizante, sino más bien una invitación a prestar atención: de dónde viene cada producto, qué impacto tiene, cómo se arma el menú con cabeza y corazón. Lo planteó con un tono cercano, casi de sobremesa, y eso hizo que quedara claro sin necesidad de subrayados. Se sintió como una clase encubierta: aprendías mientras comías, sin que nadie te lo vendiera como tal. Y esa es probablemente una de las claves del ciclo.

Lo que se viene

El calendario ya tiene las próximas fechas marcadas, y promete:

  • 14 de octubre: Andrea Tansini (Doña Paula), con Single Vineyards Sauvignon Blanc, Riesling, Pinot Noir y Malbec.
  • 11 de noviembre: Magdalena Viani (Trivento), con la línea Golden Reserve.
  • 10 de diciembre: noche de espumantes con Ana Paula Bartolucci, chef de cave de Chandon.
  • 2026: Andrea Ferreyra (La Celia) y el grupo Mujeres de la Viña.

Una agenda que sigue ampliando el espacio para las voces femeninas en la enología mendocina.

Un debut que dejó marca

Cabe destacar que esta primera edición de Dionisias y Urrutigoity Cocina se sintió como una experiencia compartida. Había seriedad en los vinos y profesionalismo en la cocina, pero también risas, preguntas al aire, gente anotando algo en el celular para no olvidarse y ese murmullo típico de una mesa donde todos se sienten parte. El restaurante lleno fue la prueba de que hay sed —y hambre— de propuestas distintas. No solo ir a comer rico, sino escuchar, aprender y salir con la sensación de haber participado de algo que vale la pena contar después.

Si esto fue apenas la primera edición, las siguientes seguramente darán más motivos para volver a brindar.

Más info: @urrutigoitycocina y @dionisiaswinefair

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